21.9.16

Brasil quiere retirar las prestaciones a los discapacitados de Río tras acabar los Juegos Paralímpicos

LA VANGUARDIA, 16/09/2016:
EL DÍA DESPUÉS
Brasil quiere retirar las prestaciones a los discapacitados de Río tras acabar los Juegos Paralímpicos
El Gobierno pretende ahorrar dinero al reducir el número de pensiones por incapacidad laboral, que suponen 1,1 millones en estos momentos
ANDY ROBINSON, Río de Janeiro
Con más de 40 medallas cosechadas en los primeros cinco días, Brasil parece bien posicionado para cumplir con la meta de situarse entre los cinco países líderes en los Juegos Paralímpicos. Daniel Dias, nacido sin manos y con un solo pie, se ha confirmado como el mejor nadador discapacitado del mundo. Maria Rizonaide da Silva, que padece enanismo, se ha hecho con el oro en halterofilia. El velocista Felipe Gomes, que se quedó ciego a los seis años, ganó la medalla de plata en los cien metros.
Son extraordinarios logros. Pero el nuevo plan de recortes del sistema de prestaciones para discapacitados laborales que prepara en estos momentos el nuevo gobierno de Michel Temer no da muchos motivos de celebración para millones de minusválidos en Brasil. Temer, que fue abucheado por el público al anunciar la apertura de los Juegos Paralímpicos la semana pasada en el estadio Maracaná, pretende hacer recortes en un sistema de pensiones y prestaciones considerado inviable en un país cuya deuda pública crece como la espuma. Y, según se puede desprender de los borradores del plan, los discapacitados son los primeros en el punto de mira.
El Gobierno pretende ahorrar dinero al reducir el número de pensiones por incapacidad laboral –1,1 millones en estos momentos–. Quiere eliminar el 30% de las pensiones, facilitando un ahorro de 6.000 millones de reales, según los cálculos de la revista D inheiro Asimismo se pretenden reducir los 43.000 millones de reales gastados en prestaciones por enfermedades de larga duración e invalidez.
Hay nueve millones de minusválidos en edad laboral en Brasil, pero sólo un millón participa en la población activa. Esto es lo que el nuevo Gobierno pretende cambiar ya que cada incapacitado tiene derecho a una renta básica de 800 reales (215 euros) al mes si no puede trabajar. Tal y como ha ocurrido en otros países, se espera que los ahorros se obtendrán mediante pruebas más exigentes respecto la capacidad de los incapacitados para hacer un trabajo.
Los grupos de defensa de los derechos de minusválidos se han mostrado alarmados por los planes. “Estamos preocupados y vamos a pelear”, dijo Andrei Bastos, director de la oenegé Amigos de los Discapacitados en Río. “Antes de recortar las prestaciones y pensiones, se tiene que demostrar no sólo que la persona pueda trabajar, sino que puede llegar al trabajo y eso no es nada fácil en ciudades como Río”, añadió Bastos, que va en silla de ruedas. La situación no puede sino recordar la polémica de los Juegos Paralímpicos en Londres en el 2012.
Entonces, los grupos de defensa de las derechos de los discapacitados británicos protestaron contra los Juegos ya que la multinacional privada francesa Atos, que se encargó por contrato de la selección de los incapacitados aptos para trabajar, fue nombrada patrocinador. Atos, empresa con ánimo de lucro, había negociado un contrato con el Gobierno conservador británico según el cual sus ingresos subían en función del numero de incapacitados a los que negaba el derecho a cobrar la prestación por discapacidad laboral. Dadas las afinidades ideológicas entre el Gobierno de Temer y los conservadores británicos, así como una serie de actuaciones de externalización privada anunciadas en los servicios públicos, no se descarta que se adopten medidas parecidas en Brasil. Cientos de espectadores que consideran que Temer ha llegado al poder tras un golpe de Estado parlamentario han enarbolado pancartas con el mensaje “Fora Temer!” (Fuera Temer) durante los Paralímpicos.
Río de Janeiro es una auténtica pesadilla para los discapacitados con sus aceras estrechas y mal mantenidas, tráfico caótico y un trasporte público que no da abasto para los millones de personas de bajos ingresos que se desplazan desde la periferia cada día en autobuses abarrotados. “Los minusválidos son invisibles en Brasil; muchos apenas salen de casa”, dice Isabel Mayor , científica discapacitada de la Universidad de Río de Janeiro. Eso sí, es fácil ver a personas con graves deficiencias físicas o mentales trabajando en la economía sumergida. “Hay mas problemas de minusvalía en los barrios pobres”, agrega Bastos.
Los nuevos servicios de transporte púbico estrenados a bombo y platillo antes de los Juegos Olímpicos apenas han resuelto el problema. Aunque la prolongación del metro y la nueva línea de autobuses rápidos hasta el barrio de Barra de Tijuca tiene acceso para sillas de ruedas, no es el caso en el resto de la ciudad. “Es igual que antes en cuanto a transporte; ha sido casi imposible para gente con problemas de movilidad llegar a los estadios para ver los Juegos Paralímpicos”.
Los servicios de autobuses normales han sido recortados en los últimos meses y, frecuentemente, los conductores no paran si ven a una persona en silla de ruedas porque no quieren perder el tiempo ayudándole a subir. “Yo estoy para garantizar que paren para todos; pero no siempre estamos”, asegura un inspector en una parada de autobús en la favela de Ciudad de Dios.
Hace diez años , bajo presiones del grupo de defensa de los derechos de los minusválidos, se creó un carril de acceso a la playa de Copacabana para gente en silla de ruedas. Ahora está lleno de baches y no se puede utilizar.
Los atletas paralímpicos “van a encontrar un entorno del estadio en el que tienen plena accesibilidad”, ironizó antes del inicio de los Juegos Teresa Amaral, superintendente del Instituto Brasileño para los Derechos de las Personas con Discapacidad. “Pero sólo si llegan en paracaídas…”.
***
TRADUÇÃO:
Deficientes, a crua realidade depois da Paralimpíada
Em Londres 2012 e Rio 2016, os Jogos Paralímpicos coincidiram com planos para cortar as pensões por incapacidade laborativa
ANDY ROBINSON, LA VANGUARDIA (BARCELONA)
Rio de Janeiro
Com 72 medalhas, a delegação brasileira superou marcas relevantes e quebrou recordes históricos nos Jogos Paralímpicos Rio 2016. Daniel Dias, que nasceu sem mãos e um pé, conquistou o título de melhor nadador deficiente no mundo. Rizonaide Maria da Silva, que sofre de nanismo, ganhou ouro no levantamento de peso. Sprinter Felipe Gomes, que ficou cego aos seis anos, ganhou medalha de prata nos cem metros.
São feitos extraordinários. Mas o novo plano de cortes no sistema de pensões e benefícios que o governo de Michel Temer prepara para milhões de pessoas com deficiência no Brasil não dá motivo para comemorações. Temer, que foi vaiado pelo público ao anunciar a abertura dos Jogos Paralímpicos na semana passada no estádio do Maracanã, pretende fazer cortes nos gastos de um sistema de pensões considerado inviável em um país cuja dívida pública cresce a números recordes. E, ao julgar pelo rascunho do plano, as pessoas com deficiência são as primeiras na linha de tiro.
O Governo pretende economizar dinheiro, reduzindo o número de pensões de invalidez trabalhista – 1,1 milhão atualmente. O objetivo é eliminar 30% das pensões, gerando uma economia de R$ 6 bilhões, de acordo com os cálculos da revista Dinheiro. A ideia é também reduzir os R$ 43 bilhões gastos com o Benefício de Prestação Continuada da Assistência Social.
No Brasil, existem nove milhões de pessoas com deficiência em idade ativa, mas apenas um milhão é capaz de participar na força de trabalho. Isso é o que o novo governo pretende mudar, já que cada deficiente incapacitado para o trabalho tem direito a uma renda básica de R$ 800 reais (215 euros). Como em outros países, espera-se que a economia seja obtida por meio de testes mais rigorosos quanto à capacidade de trabalho das pessoas com deficiência.
Grupos de defesa dos direitos das pessoas com deficiência estão alarmados com os planos do Governo. “Estamos preocupados e vamos lutar”, disse Andrei Bastos, jornalista e integrante do Fórum Nacional de Educação Inclusiva. “Antes de cortar benefícios e pensões é preciso mostrar não só que a pessoa pode trabalhar, mas que consegue chegar ao local de trabalho, o que não é fácil em cidades como Rio”, disse Bastos, que se locomove por meio de uma cadeira de rodas.
A situação recorda a controvérsia dos Jogos Paralímpicos de Londres, em 2012. Na ocasião, grupos britânicos de defesa dos direitos das pessoas com deficiência protestaram quando a multinacional francesa Atos, que havia sido contratada para selecionar as pessoas com deficiência aptas a trabalhar, foi nomeada patrocinadora da Paralimpíada. Atos, empresa privada com fins lucrativos, tinha negociado um contrato de ‘taxa de sucesso’ com o governo conservador britânico: quanto maior fosse o corte do número de pessoas com deficiência que recebiam o benefício por incapacidade laboral mais a empresa ganhava. Dadas as afinidades ideológicas entre o Governo do Temer e os conservadores britânicos, bem como uma série de ações anunciadas relativas à terceirização nos serviços públicos, é possível que medidas similares sejam adotadas no Brasil. Durante os Jogos Paralímpicos, centenas de espectadores que viram Temer chegar ao poder após um golpe parlamentar levantaram faixas com a mensagem “Fora Temer”.
Com calçadas estreitas e mal conservadas, tráfego caótico e transporte público ineficiente para milhões de cidadãos de baixa renda que se deslocam a partir da periferia todos os dias em ônibus lotados, o Rio de Janeiro é um pesadelo ainda maior para as pessoas com necessidades especiais. “Os deficientes são invisíveis no Brasil; muitos nem saem de casa”, diz Isabel Mayor, professora de Medicina Física e Reabilitação da Universidade Federal do Rio de Janeiro, também cadeirante. Ainda assim, é fácil ver pessoas com deficiências físicas ou mentais graves trabalhando na economia informal. “Há mais problemas de deficiência em bairros pobres”, diz Bastos.
Os novos serviços de transporte púbico estrearam com grande alarde antes dos Jogos Olímpicos sem terem resolvido efetivamente o problema. Embora a extensão do metrô e a nova linha de ônibus rápido (BRT) para a Barra de Tijuca tenham acesso para cadeiras de rodas, essa não é a realidade para o resto da cidade. “Nada mudou. Para as pessoas com problemas de mobilidade, continuou sendo impossível chegar aos estádios para assistir os Jogos Paralímpicos”, disse Bastos.
As linhas de ônibus urbanas foram reduzidas pela Prefeitura nos últimos meses. Além disso, muitas vezes, os motoristas não param quando veem um cadeirante, pois não querem perder tempo ajudando a pessoa a subir. “Eu estou aqui para garantir que os motoristas parem para todos; mas é impossível controlar a cidade inteira”, diz um fiscal à paisana numa parada de ônibus na favela Cidade de Deus.
Há dez anos, por pressão de um grupo de defesa dos direitos das pessoas com deficiência foi criada na Praia de Copacabana uma pista de acesso à água para cadeiras de rodas. Mas agora o serviço está desativado. Antes do início dos Jogos, Teresa Amaral, superintendente do Instituto Brasileiro dos Direitos das Pessoas com Deficiência, ironizou os atletas paralímpicos: “Você vai encontrar um ambiente de estádio onde terá acessibilidade plena. Mas vai precisar chegar lá de paraquedas”.
Tradução: Júnia Azevedo

0 Comentários:

Postar um comentário

Assinar Postar comentários [Atom]

<< Página inicial